RETINA Y VÍTREO
La retina es el órgano sensorial del ojo que constituye la capa más interna en la parte posterior del ojo y donde se proyectan las imágenes percibidas que se procesan en forma de impulso nervioso que sale por el nervio óptico. Se relaciona directamente con el vítreo de forma dinámica y es realmente sensible a cualquier tipo de cambio o enfermedad que le afecte.
Las patologías más frecuentes de la retina son la degeneración macular, la retinopatía diabética, las membranas epirretinianas, agujero macular o el desprendimiento de retina. Estas tres últimas son de alta frecuencia por lo que su resolución solo es posible mediante cirugía.
Por su parte, el vítreo es una sustancia gelatinosa situada entre el cristalino y la retina que mantiene la forma del ojo. El deterioro de este gen vítreo da lugar a condensaciones o aglutinaciones que pueden proyectar sombra sobre la retina y dar lugar a las conocida ‘moscas volantes’ o miodesopsias.
Muchas patologías de la retina están relacionadas con la edad y el actual envejecimiento de la población está provocando que aumente su incidencia.
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DEGENERACIÓN MACULAR
La DMAE (degeneración macular asociada a la edad) es una enfermedad degenerativa de la mácula o zona central de la retina y de mayor sensibilidad visual. Representa la primera causa de ceguera en mayores de 65 años en los países industrializados. Esta patología provoca un deterioro progresivo de la capa que recubre la retina y la nutre (epitelio pigmentario) y de las células de la mácula y como consecuencia, se produce una disminución de la agudeza visual y de la discriminación de los colores. Como consecuencia, se produce pérdida gradual de visión central y de detalle.
RETINOPATIA DIABÉTICA
Es la enfermedad vascular más frecuente de la retina. Se origina por el daño producido en los vasos retinianos a causa de la descompensación metabólica de la diabetes. Comporta una pérdida de visión que, en ocasiones, puede ser importante.
El origen de la retinopatía diabética radica en que el mantenimiento de elevados niveles de glucemia, las paredes de los vasos retinianos se altera y se vuelven más permeables, dejando pasar fluido al espacio extracelular, llegando a originarse hemorragias retinianas. La presencia de sangre en el espacio vítreo, hace que éste se vuelva opaco, causando una disminución de la visión que en general se produce de forma brusca.
MEMBRANA EPIRRETINIANA
La membrana epirretiniana macular (MEM) supone el crecimiento de un tejido en la superficie de la retina, justo en el área macular, haciendo que ésta se contraiga produciendo disminución de la visión y deformación de las imágenes.
Esta membrana se produce porque se depositan encima de la mácula, normalmente procedentes de la retina, y se encargan de segregar colágeno formando una malla que posteriormente se contraer. Como este tejido está adherido a la retina, al contraerse también contrae retina y por tanto, la deforma.
AGUJERO MACULAR
Un agujero macular es la apertura de la mácula, que es la parte de la retina responsables de la visión con detalle del ojo. Esto se produce a causa de una tracción del vítreo. Este, al contraerse, tira del centro de la retina hacia delante hasta producirse un agujero en la zona correspondiente. Una vez se desarrolla un agujero macular, la posibilidad de que se cierre espontáneamente es muy pequeña.
DESPRENDIMIENTO DE RETINA
El desprendimiento de retina consiste en la separación de la retina neurosensorial del tejido subyacente (epitelio pigmentario), causado por la acumulación de líquido entre ambas. Se trata de una patología quirúrgica ocular muy urgente y grave, que puede afectar a la visión del paciente. Cuando la retina se desprende el tiempo es el factor fundamental para recuperar la mayor agudeza visual posible, de manera que debe ser intervenido de forma urgente, para poder obtener los mejores resultados y la más rápida recuperación.
VITRECTOMIA
La vitrectomía es una técnica de microcirugía ocular que se utilizar para extraer el vítreo y poder tener un acceso directo a la retina para tratarla de forma adecuada ya sea de forma directa o mediante láser o medicamentos.
El cirujano realiza tres pequeñas microincisiones (menos de 1 mm) en la esclera o pared externa del globo ocular, a través de las cuales se accede a la cavidad vítrea y se introducen delicados instrumentos para practicar la intervención: una luz de fibra óptica que ilumina la retina, una cánula de irrigación que mantiene la presión intraocular y un vitrectomo que corta y extrae el vítreo, además de utilizarse tijeras, pinzas… seleccionadas para cada caso.
La vitrectomía se lleva a cabo con anestesia local y dura entre una y dos horas, dependiendo de la patología. A veces se combina con otros procedimientos paralelos, como la cirugía de catarata o el trasplante de córnea, si también se requiere actuar sobre otros tejidos.
El paciente que sufre una enfermedad del vítreo o la retina debe ser intervenido de forma preferente, pues el tiempo que sufre esa enfermedad disminuye de forma importante el pronóstico visual, si la intervención es pronta el pronóstico será excelente en la mayoría de los casos.
INYECCIONES INTRAVITREAS
Este procedimiento de terapia intraocular consiste en administrar fármacos dentro del ojo, que se liberan en la cavidad vítrea. De este modo, la medicación actúa localmente sobre la retina y, en concreto, la mácula (zona central responsable de la visión de detalle). Los fármacos utilizados, generalmente, pueden ser: ANTIANGIOGÉNICOS; evitan la proliferación de vasos sanguíneos anómalos o CORTICOIDES; reducen la inflamación ocular.
Inyectar estos fármacos directamente en el interior del globo ocular permite aportar altas concentraciones de medicación y evitar posibles efectos secundarios que podrías tener en algunos casos su administración sistemática.
Las inyecciones intravitreas se utilizan para multitud de patologías que afectan a la retina y, en concreto, a su zona central de la mácula, como son la DMAE, el edema macular carasterístico de la retinopatía diabética, el agujero macular, la alta miopía…
Para muchas de estas patologías, las inyecciones intravítreas han mejorado el resultado visual de los pacientes respecto a tratamientos anteriores y, a menudo, ofrecen una alternativa que permite evitar la cirugía.
El procedimiento de esta intervención quirúrgica se realiza mediante una aguja muy fina y es totalmente indoloro para el paciente, además de rápido (alrededor de 5 minutos) y sencillo. No obstante, dado la delicadez de las estructuras oculares que se tratan, es importante que sea realizado por un oftalmólogo especialista para garantizar los mejores resultados y evitar complicaciones. No requiere ningún cuidado postoperatorio especial, excepto aplicar un colirio antibiótico durante algunos días.
El número de inyecciones que deberán aplicarse y su frecuencia de repetición (normalmente se va espaciando a medida que avanza la terapia) dependerás de las pautas indicadas por el especialista, según cada caso.